Vivir: El mayor de nuestros proyectos

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Está claro que todos nacemos con la misma materia prima para poder afrontar nuestros retos diarios, nuestras ilusiones y objetivos; pero lo cierto es que algunos consiguen sus propósitos y otros se quedan en el camino. Esta materia prima reside en nuestro cerebro, en el laberíntico mapa neuronal y las conexiones que vamos potenciando cada uno de nosotros a lo largo de nuestra vida. Es ahí donde reside la diferencia entre unos y otros, en el desarrollo y la puesta en escena de unos centros u otros del órgano que nos avala como los seres más evolucionados de este planeta: nuestro cerebro.

En nuestro quehacer diario vamos reinventándonos, rediseñando nuevas posibilidades, o nos estancamos en una rutina emocional e intelectual que provoca no avanzar en nuestro desarrollo personal. Solo de nosotros depende, solo en nosotros está la llave para alcanzar nuestras metas, y NUESTRA actitud diaria es la que nos dirige hacia un lado u otro. En mí reside la posibilidad de llegar al sitio elegido, o conformarme con lo que erráticamente voy consiguiendo. Y lo más probable es que en este “dar tumbos” no encuentre lo que busco.

En la actualidad se habla mucho de los emprendedores, pero ¿todos estamos preparados para serlo? La respuesta sería que en un principio sí; sin embargo, parece ser que hay una serie de atributos o características, en el interior de los cerebros de los atrevidos emprendedores, que suponen la diferencia entre que unos den el paso y les vaya bien o que otros ni siquiera se atrevan o se queden en el camino. Estos atributos son:

–Gran capacidad para aceptar un alto nivel de incertidumbre. Característica que permite no tender a la ansiedad en momentos de crisis y generar empatía para tratar con el resto de miembros del equipo, así como atraer a inversores.

–En el caso de los emprendedores, entienden que las cosas ocurren principalmente como consecuencia de sus propias acciones. Es decir, perciben que ellos mismos controlan su vida. Una persona que solo cree en la suerte o el destino difícilmente pondrá los medios necesarios para poder emprender un proyecto de éxito.

–Desarrollo de las capacidades de organización, planificación, análisis y delegación de funciones. Es sencillo decirlo, pero las personas acostumbradas a encargarse de todo también deben entrenar el reconocerse las debilidades y captar  talento en los demás.

El trabajo con las creencias consistirá en actualizar todas las que sean limitantes y transformarlas en creencias saludables o potenciadoras.

Entender lo indispensable que es rodearse de personas que crean profundamente en lo que el emprendedor puede llegar a ser. Personas que, como en la película Qué bello es vivir, ven nuestras alas. Las que llevamos detrás y no alcanzamos a ver nosotros mismos.

–Disponer de tiempos de desconexión, necesarios para entrar en sintonía con los demás. Es necesario fijar un límite, autoimponerse un horario, atender a la familia y amigos, establecer un techo teórico para el endeudamiento, apagar el teléfono, etcétera. En conclusión, hablamos de esa capacidad de organización y de establecer límites que ayuda a ver las cosas con perspectiva y a disfrutar de una vida más plena, en la que no solo existe nuestro proyecto.

–Aptitud para enfrentarse a las situaciones adversas. Lo que conocemos como resiliencia, que es un rasgo habitual entre los emprendedores de éxito. Si te vienes abajo ante el primer fracaso, no lograrás ese proyecto que de verdad marque la diferencia.

Todo esto podría conformar un libro de rutas para poder alcanzar nuestra meta. Muchas personas a lo largo de su vida han ido instalando estos programas a modo de ‘software’ en su disco duro (el cerebro). O, siguiendo con el símil de la informática, puede ser que hayan tenido una facilidad innata y prácticamente vinieron al mundo con estos programas ‘preinstalados’. Sea como fuere, todo indica que son actitudes necesarias en la VIDA, ya que VIVIR es el mayor de nuestros proyectos, y hacerlo de una manera plena y dichosa es el mayor de nuestros retos.

Haz tuyo este software, insértalo en tu ordenador y puede que el rumbo de tu vida cambie para siempre hacia una felicidad que te puede resultar incluso extraña. Y cuando la tengas, abrázala y no la sueltes.
Juan Carlos Gálvez
Biólogo y Naturópata

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