¿Cuál podía ser entonces un modelo de Liderazgo?

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Podría haber distintas respuestas a esta pregunta; pero, si lo contemplamos bajo la teoría de los hemisferios cerebrales, yo diría que es:
–Un líder es un PROTAGONISTA.
Su protagonismo parte de asumir su responsabilidad, la responsabilidad de sus actos.

Este liderazgo propio se basa en los siguientes pilares que habrá ido desarrollando en el devenir diario: la autoestima, el respeto, la confianza y la motivación.

A su vez, todos estos valores parten y se alimentan de una correcta gestión de sus Hemisferios Cerebrales: El Izquierdo aportando sus valores de constancia, rigor, voluntad, esfuerzo…; y el Derecho con su adecuada gestión emocional, su intuición, su imaginación, su creatividad,…

Esta adecuada gestión de ambos Hemisferios transciende y se convierte en una fuente generadora de los pilares anteriores tanto para el Líder Protagonista como para su equipo de trabajo.

Así:

–El líder es un generador de AUTOESTIMA.
Un líder se acepta a sí mismo. Su autoestima parte de su propia aceptación.

Y si se acepta es porque sabe perdonarse. Los errores son para él fuente de aprendizaje, no de desmotivación. El líder sabe controlar su Hemisferio Izquierdo cuando le reprocha un fallo o error y sabe, a través de su adecuada gestión emocional en el Hemisferio Derecho, convertir la emoción de vergüenza en emoción de aceptación. La aceptación de sí mismo, de su singularidad propia y de su grandeza. La grandeza de sentirse un ser humano con sus glorias y con sus carencias.

La aceptación sin grado de culpa o de vergüenza lo lleva a una mejora continua basada en el aprendizaje permanente con cada experiencia.

El líder habrá alcanzado, por lo tanto, esta Autoestima al haber sabido equilibrar sus Hemisferios Cerebrales. Habrá optimizado su gestión del Hemisferio Izquierdo y habrá sabido gestionar sus emociones, las cuales están situadas en su Hemisferio Derecho.

Una gestión emocional adecuada lo lleva a saber desenvolverse ante cualquier circunstancia, con lo que ya no teme enfrentarse a ellas. Esta falta de miedo, de temor, ante las experiencias de la vida le permiten no sentirse atacado; por lo que no responderá con ira, ni tampoco se sentirá cuestionado o no valorado, por lo que no acabará respondiendo con enfado.

De este modo, mediante la buena gestión de sus Emociones, de su cerebro derecho, la capacidad de afrontar las experiencias va aumentando hasta el punto de no necesitar cerrarse a ningún aspecto de la vida, o a huir. En realidad, fluirá con la vida.

Cada experiencia será una oportunidad de desarrollo, de aprendizaje, y esta seguridad de que la vida le va a dar todo lo que necesita para desarrollarse lo conduce a la calma, a la paz interior. Esta paz interior trasciende en una autoestima sana y enriquecedora que se acaba transmitiendo a los demás.

El líder se convierte entonces en un motor de desarrollo de los demás; los cuales, con su ejemplo, aprenden a gestionar sus Hemisferios también de forma inconsciente. Dan lo mejor de sí mismos –Hemisferio Izquierdo– y empiezan a controlar sus emociones –Hemisferio Derecho–.

–El líder es un generador de RESPETO. Sabe respetarse a sí mismo y sabe respetar a los demás.

Para ello ha aprendido a escuchar y a callar.
Primero aprende a callar su mente, su Hemisferio Izquierdo, que lo lleva al pasado y al futuro, y se centra en su Hemisferio Derecho, que lo lleva al aquí y al ahora. A la realidad de cada momento. Para ello utiliza técnicas de Meditación y de Mindfulness.

Y cuando ha aprendido a callar su mente, ya es capaz de poder escuchar a los demás sin juzgar, dejando que sea su Hemisferio Derecho el que capte la emocionalidad del otro, con lo cual estará también escuchando con Empatía, y ya la escucha será completa.

A través de esta escucha completa de sí mismo le surge su autorrespeto, y con la escucha completa de los demás sabrá respetarlos y comprenderlos, lo cual genera entonces una relación de confianza.

–El líder es un generador de CONFIANZA

El líder confía en sí mismo. Se conoce y confía en sus posibilidades y potencialidades, por lo que “no necesita a los demás” y, al no depender de ellos, sabe aprovechar y reconocer lo mejor de cada uno, con lo que se convierte en un generador de Confianza.

El líder confía en su equipo, en que cada uno sabrá poner la singularidad que poseen en cada Hemisferio Cerebral para el bien común del equipo.

–El líder es un generador de MOTIVACIÓN.

El líder sabe motivarse a sí mismo. Sabe “lo que quiere”, por lo que focaliza su atención y energía en ello.

Para saber “lo que quiere” habrá escuchado primero su Hemisferio Derecho, a su intuición, a sus deseos, a sus anhelos, a su yo interior. Después usa su Hemisferio Izquierdo, su voluntad, su atención, su concentración en focalizarse en su objetivo.

Esta claridad en saber lo que quiere y esta focalización en su objetivo hace que su energía sea aprovechada de forma positiva, por lo que se siente reconfortado y todo ello lo lleva a la automotivación.

Empleará esfuerzos y energía en la tarea, pero el balance de energía entre consumida y generada será siempre positiva. Aunque su cerebro izquierdo gaste energía en esa focalización al objetivo, su cerebro derecho será un generador permanente de energía positiva.

Y su motivación creará motivación en su entorno, pues no hay nada mejor que una energía positiva para generar una atmósfera adecuada que impulsa a la motivación y ganas de los demás.

Al generarse las relaciones basadas en el respeto entre todos, en la autoestima de cada uno y en la confianza mutua, se crea un entorno de Confianza. El entorno donde se desarrollan los equipos de alto rendimiento.

En este equipo el líder es un PROTAGONISTA. Un protagonista que ha aprendido a conocerse, a valorarse, a respetarse y a asumir su responsabilidad.

José Manuel Cuberlo

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