Sobre el Bilingüismo en España…

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Se ha impuesto en España una forma radicalmente nueva de enseñar—una especie de giro copernicano en la pedagogía española. [Recordemos a Nicolás Copérnico: es el primero, en el siglo XVI, que se aparta del modelo tolemaico (que situaba a la tierra en el centro del universo) y coloca en el centro del universo al sol, en torno al cual gira todo, incluido nuestro planeta…….Kant también realiza su “giro copernicano” en filosofía: el saber qué es eso, lo otro, el mundo, “x”, no está en o no depende de “x”; es decir, no puedo zambullirme plenamente a través de los sentidos y el intelecto en lo que “x” es o consiste, y así saber qué es: No. Kant dice que nuestro conocimiento de la realidad tangible no depende de aquello que es observado (ese “aquello” es algo en gran medida construido por nuestra forma de registrar el mundo; no es algo que existe sin más allí, independiente de todo observador; por tanto, no es algo que, siendo independiente de nosotros, pueda observarse), sino que depende del observador, nosotros (nuestros sentidos y entendimiento) y de nuestra forma de observar y entenderlo. En resumen, el mundo no tiene, para nosotros, una forma propia independiente de nosotros, sino que tiene, para nosotros, en parte,  la forma que nosotros inevitablemente le damos.]

Entonces, como iba diciendo, la enseñanza, la pedagogía, el contenido….. en fin, todo lo que se imparte a los alumnos se ha puesto osado y herético, como Copérnico, y profundo, profundísimo, como Kant, y ha llevado a cabo [“pulled off” en inglés] un prodigioso giro copernicano—¡que ya quisiera para sí el propio Nicolás Copérnico! Lo que le diferencia a este giro copernicano de los otros, es que en vez de girar 180 grados hacia una realidad fundamental (pues más fundamental es colocar al sol, en vez de la tierra, en el centro…., o colocar al hombre como fulcro en torno al cual gira el mundo que el hombre puede conocer—pues ¿cómo podríamos asegurar que el hombre, el saltamontes y el alienígena del planeta AB30X perciben  y entienden el mismo mundo?); en vez de girar hacia una realidad más fundamental, lo que ha hecho esta proeza moderna de la pedagogía española es girar hacia y cimentarse sobre una realidad difusa [aunque con perímetro político muy definido], donde el alumno ha de renunciar a su idioma y aprender, construir y expresar el mundo por medio de conceptos ingleses. Si ya difícil es que en castellano un niño entienda la dinámica de la historia, por ejemplo, cómo unos hechos conducen a otros, cuál es la relevancia de cada hecho y cómo contribuye a formar el mundo en el que vive el hombre; si eso ya es difícil en castellano—y no se aprende con estar en la calle, sino gracias a maestros que te transmiten bien los conceptos propios de la ciencia llamada historia, y de otros campos del saber, y te enseñan a manejarlos y a construir tu propio bien razonado, bien construido y objetivo discurso, además de una ilustrada vertiente u “opinión” personal, cuánto más difícil, sino imposible, será el que tenga que hacer lo mismo el alumno con las herramientas lingüísticas de otro idioma [el inglés] (que no domina, porque nunca se han reunido las circunstancias a su alrededor para que lo domine lo suficiente como para, ya con este necesario dominio del idioma, pueda abarcar las profundidades de cada asignatura; ni nunca dominará—ni de lejos—como el suyo propio, el castellano). Seamos sinceros o realistas, el 98% de los profesores que se ven obligados a impartir su asignatura en inglés y a decirle a los alumnos “the River Tagus”, en lugar del río Tajo….[Por cierto, ¿cuántos de estos profesores saben pronunciar “Tagus” en inglés de tal forma que un inglés formado les entienda? ¿Cuántos saben pronunciar, con la cabeza alta, ante un inglés: “fortunately, certificate, surreptitiously, undergrowth, tempestuous, miscreant, etc.”?] El 98% de los profesores antes mencionados no dominan el inglés como el castellano; por tanto, NO SON BILINGÜES.

Cuando se estudia una asignatura que no es el inglés (por ejemplo, historia) en inglés, el inglés, o el idioma en el que se imparte esa asignatura, ya sea ruso, chino o castellano, SE DA POR SUPUESTO. No es un objetivo a conquistar en esa asignatura. Lo que hay que conquistar en historia y geografía es historia y geografía, y para ello tanto el profesor como el alumno tienen que dominar el idioma en el que se imparte la asignatura (o haberlo mamado—que es lo que ocurre cuando estudias “a, b, c, d” en tu idioma, en tu país). No te planteas si estás diciendo bien lo de que el Ebro es el río más caudaloso de España o no. YA SABES DECIR ESO PERFECTAMENTE. Lo que tienes que aprender es que el Ebro es el río más caudaloso de España. Tienes que aprender el dato, no la forma lingüística de expresar ese dato.

En Alemania, Suecia, por ejemplo, donde los profesores dominan mucho más el inglés que los profesores en España (en general)—y sin embargo no se les ocurre decir que “son bilingües, porque saben mejor que aquí lo que significa ser bilingüe, y no devalúan el término hasta tal punto que con que te defiendas en inglés ya eres [en España]¡¡¡ BILINGÜE!!! [“Hooray, hooray, what a wonderful day—Spanish or English, I can switch to either in the blink of an eye; not a shake, mind you, or a stutter as I drift, skip or leap from Cervantes to Shakespeare, there and back.”]…… Como hay tanto bilingüe en España, no voy a traducir eso que me ha salido de manera espontánea en inglés, del alma: yo  soy bilingüe y sé lo que es serlo. He crecido con los dos idiomas. Mi infancia y adolescencia fue inglesa por lo que se refiere a país, colegios y amigos. En casa hablé  siempre el castellano. Puedo hacer sumas y restas, multiplicaciones y divisiones, de cabeza y sobre papel (preferiblemente en inglés); puedo rezar y decir palabrotas, suaves y fuertes en ambos idiomas, enfadarme, entristecerme y llorar; puedo decir tonterías bien dichas con segunda y tercera intención, y con gracia, en ambos idiomas; puedo contar chistes en español y en inglés y hacer que se ría mi público; puedo inventarme cuentos en inglés y en español y contar cuentos a niños en ambos idiomas y tenerles con los ojos y la boca abiertos más allá del final del cuento…… No es porque yo sea lo anterior, pero eso es ser bilingüe.

Impartir una asignatura en inglés no es dar a los alumnos una lista de datos y nombres, sino el hacerlo con mucho de lo anterior que constituye a un individuo bilingüe—que es, en realidad, un nativo en dos idiomas.

En Alemania se imparte el inglés—¡y vaya que si se imparte! En inglés (la asignatura o el espacio) allí, pueden los alumnos acceder a todos los campos del saber y hacer infinidad de actividades y disponer de todos medios para llegar a hablar y escribir sobre todo eso y más. Pero: en todo momento “eso es en lo que consiste LA ASIGNATURA DEL INGLÉS” Todo lo demás—geografía, historia, filosofía, gimnasia [(1) Jump! Slowly! Stop!—el imperativo es el que impera en los colegios bilingües españoles en los que se imparte gimnasia en inglés]; todo lo demás, decía, geografía, historia, gimnasia ¡y hasta alemán!, se dan en alemán. Los niños alemanes tienen derecho a formarse académicamente en su idioma, etc. Y repito, no oirás a un estudiante alemán ni profesor alemán decir que son bilingües—salvo si efectivamente hablan el inglés igual [IGUAL] que el alemán, por haberse criado en un país de habla inglesa y haber hablado alemán en casa; o, viceversa, por haberse criado en Alemania y haber hablado inglés en casa.

Puedo ya predecir (y ojalá me equivocara) las consecuencias del programa bilingüe en España. Cuando lleguen a la universidad, los alumnos no van a dominar, desde un plano académico, suficientemente el castellano para hacer análisis de textos, desarrollar ideas y conceptos. No entenderán libros que barajan ideas sofisticadas y complejas y no sabrán qué decir sobre el contenido de semejantes libros, a no ser que ya se les dé una lista de las ideas fundamentales del libro; con lo cual, conque las memoricen, basta… ¡No basta! No serán autónomos en castellano en un nivel elevado.

Quizá en su universidad continúen con el programa bilingüe, y profesores cuyo inglés nunca será objeto de devoción y admiración por universidades inglesas de todo el mundo, les sigan impartiendo la asignatura en un inglés que elimina lo mejor del idioma, ese inglés auténtico que contiene las mejores armas para entender el mundo y expresarlo (en inglés),  y lo recortan hasta alcanzar un tamaño cómodo dentro de cuya escueta figura podemos incluir un sinfín de datos, datos, datos, expresado todo con la rigidez lingüística de un manual de instrucciones.

Lo más trágico o dramático de todo es, cuando vayan a un país inglés, y tengan que dar pruebas de su bilingüismo y dominio del inglés y capacidad para expresarse a fondo en su especialidad, y quizá les pregunten si además de todo el arsenal de títulos, también tienen The Cambridge Proficiency, el C2, el más alto [a los profesores de España se les exige el Advanced, el C1, que está por debajo del C2], oigan a ingleses, expertos también en inglés y la materia, decir uno detrás de otro: “Excuse me? What exactly do you mean by that? I wouldn´t put it that way [yo no lo expresaría así]. Excuse me, that is plainly wrong. No, no, in English we say it the other way round.” Etc. etc.

Entonces, el licenciado y masterizado de 23, 24 o 25 años, o algo más, se preguntará: “¿Qué he estado aprendiendo todos estos años? ¿No hubiera sido mejor estudiar en castellano, expresarme en mi idioma materno perfectamente en mi especialidad, y además haber disfrutado de un magnífico y ambicioso programa de estudio de lengua extranjera, como el que llevan a cabo en Alemania, sin ir más lejos? El alemán domina mejor, en el plano académico, su propio idioma que yo el castellano. Y su inglés está a años luz del mío. Y para colmo me dice que no es bilingüe, sino que domina el inglés, aparte del alemán a cualquier nivel de sofisticación. ¿Cómo me devuelven lo que me han robado?

Antonio Nieto López
Maestro – Profesor de Inglés

2 Comments

  • laura nieto

    Gracias Antonio por aportar tu punto de vista y pensamiento sobre este tema que se debate tanto en la actualidad. Vengo de vivir 4 años en Inglaterra y llevo alrededor de 9 años haciendo intercambios idiomáticos y aunque mi nivel es muy bueno no soy bilingüe ni mucho menos. Adoro Inglaterra y el idioma y me da un vuelco el corazón cuando amigos de amigos o incluso gente más cercana se que están enseñando inglés sin tener siquiera un B2 y menos saber expresarse oralmente en este idioma. Creo que a la larga pagaremos bastante las consecuencias de esta mala implantación en el sistema educativo…
    Gracias

    Laura

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