Llevo más de 10 años trabajando en el ámbito de lo social, lo cual hoy me permite hablar con cierto conocimiento y seguridad sobre el tema.
Cada día, la principal fuente de frustración y malestar que nos encontramos es enfrentarnos a la diferencia entre aquello a lo que aspiramos o deseamos y aquello que realmente podemos conseguir. Muchas veces, los objetivos que nos proponemos y los recursos que tenemos a nuestro alcance no coinciden. Por lo tanto, para llevar a cabo nuestra labor usamos, en muchos casos, el vínculo, lo emocional, y esto nos expone a un gran desgaste personal.
En lo social no encuentras trabajando a cualquier persona. Por lo general se trata de personas comprometidas, de uno u otro modo, personas con vocación. No suele ser una ocupación bien remunerada, ni en lo económico ni en agradecimiento. Incluso es habitual que el profesional quede expuesto física o emocionalmente.
Según el estudio “La supervisión social en los Servicios Sociales: una ocasión para el cuidado profesional y el pensamiento”, de Carmina Puig i Cruells (Cuadernos de Trabajo Social, ISSN 0214-0314, ISSN-e 1988-8295, Nº 24, 2011, págs. 123-133), los profesionales de la intervención social o la acción social se cuestionan a menudo su práctica diaria: Ya no me sirve actuar como siempre, ya no es válido; no estoy contento con lo que hago… Me estoy empezando a quemar, ¿qué puedo hacer?… ¿Cómo puedo contrastar y compartir mi situación con la visión de mis compañeros de trabajo?… ¿Cómo puedo vivir con más distancia la situación que tanto me afecta sin desconectarme de ella?… ¿Cómo puedo entender el posicionamiento de mis compañeros de centro u otras instituciones o entidades?…
Por esto, un equipo de trabajo difícilmente va a poder ofrecer a las personas todo su potencial.
Desde COEQUIPO, teniendo en cuenta las bases neuropsicológicas, hemos mostrado a un equipo de profesionales de lo social la poderosa herramienta en la que se sustenta nuestra metodología.
Empezando por la toma de conciencia de su realidad, de su momento, de sus debilidades y fortalezas, saliendo de su zona de seguridad, empezaron a plantear y visualizar nuevas alternativas posibles. Y, por último, trabajamos para el fortalecimiento del equipo, pasando de grupo a equipo de alto rendimiento.
Con la metodología COEQUIPO hemos logrado motivar y devolver la ilusión a un equipo de profesionales que ha empezado a proyectar sus sueños. Se han sorprendido utilizando frecuencias cerebrales a las que no estaban acostumbrados y han empezado a trabajar con un proyecto en común, que cada día sienten más suyo.
Y ahora, que creen que es posible, harán lo necesario para que se haga realidad.
Victoria Eugenia García Martínez
Psicóloga y Coach