Bullying – dimensiones linguisticas y sociales

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Antes de abordar lo que significa este término inglés, como profesor de inglés que soy, quisiera llamar la atención sobre cómo se escribe (normalmente se escribe mal). Se escribe “BULLY + ING”, y no “BULLING.  El término viene de “bull”, que significa “toro”. Toda actividad en inglés se expresa con la terminación “ing” (ejemplos: surf-ing, whitewater raft-ing, etc). “Bull” significa “toro”, y “bull-y” es adjetivo o sustantivo que significa comportarse con la falta de delicadeza y avasallamiento propios de un toro [el toro, por cierto, sólo actúa de acuerdo con su naturaleza—estamos, naturalmente, insertando ese comportamiento dentro de un marco humano; comportarse de esa forma, para un humano, sería, pues, de una falta extrema de delicadeza y un avasallar y pisotear a quien se le ponga por delante a semejante infra-individuo humano]. Ahora bien, ¿por qué—me pregunto—no se utiliza un término castellano: “acosador”, “abusador”, “matón”, “valentón”, y, por extensión, “bruto”, “bestia”…? Se prefiere utilizar mal un término inglés, cuyo significado profundo o etimología casi nadie de los que lo prefieren a un término brindado por su propio idioma, conoce; se utiliza a ciegas, llevados por la vanidad de incorporar un sonido ajeno al castellano (porque viste más, por lo visto, decir “bullying”—o el mal deletreado o construido “bull—ing”, sin la “y”—que decir “acosador, matón, malvado, abusador, avasallador”….. El auténtico sentido de “bully” es “avasallador, humillador. Nota: rogaría que se consultara esto último que digo, con un inglés y no con uno cuyo idioma nativo no es el inglés.)

Vayamos ahora a cuestiones de índole no lingüística, semántica, etimológica….del término “bullying”. Hablemos ahora de su dimensión social y emocional, de la lacra que pertenece a la categoría de “bully / humillador”y de las víctimas de semejante individuo infra-humano.

Yo me crié en un país de habla inglesa (Sudáfrica—Johannesburgo) y allí viví hasta los 17 años. La educación que recibí fue muy británica (Sudáfrica fue colonia británica, y en las colonias siempre se es más papista que el propio Papa). Disfruté de una educación esmerada en todos los sentidos salvo en el hecho de que en nuestras aulas sólo podía haber blancos—asiáticos, también, si se trataba de un colegio religioso. Yo fui a un colegio religioso. El blanco en aquellos tiempos disfrutaba de unos privilegios comparables sólo, quizá, con el nivel de vida de un canadiense medio. El negro, lamentablemente, no tenía apenas vida, formación académica, ni nada. Se podría decir que el gran “bully, consentido, abusador, avasallador…” en aquellos tiempos en Sudáfrica, era el propio estado blanco con su gran bota de corte SS (Nazi) sobre todo aquel que no fuera blanco—“europeos” les gustaba llamarse los blancos sudáfricanos…. Por mucho que en España se aplicara a este caso el término “bullying”, en inglés jamás. Esto es lo que ocurre cuando no se conoce el fondo semántico de una palabra, cuando simplemente se repite un sonido “cool” que entra a formar parte [incómoda, artificial] del idioma de uno, y uno lo aplica indiscriminadamente a todo lo que a uno le parece que podría encajar o casar con ese término, en lugar de utilizar correctamente un término del idioma que uno supuestamente domina, por ser el materno… En inglés se utilizarían, para el caso de la Sudáfrica segregacionista [la del Apartheid], los términos “The Oppressor State; The Great Oppressor; The [White] Supremacist State..”, nunca “Bully” {nota: consultad con un inglés, no con alguien cuyo idioma materno no sea el inglés} Un español culto, por cierto, también utilizaría los términos “Estado Opresor, El Gran Opresor, El Estado Supremacista [Blanco]”, que curiosamente coinciden—caramba, caramba—con lo que se utiliza en inglés: es muy posible que el buen sentido, aunque no sea común, sea, a pesar de todo, universal… Tampoco, en otros sentidos, por ejemplo en el caso de acoso sexual, u otros tipos de acoso, se utiliza “bullying”, sino que se utiliza “harassment”, que significa “acoso”, pero un tipo de acoso determinado. No se puede utilizar “bullying” para todo, salvo en España entre los que quieren ser más “cool” [molones] que “cool”, y a cuanto más extienda yo el término “bullying” o “cool”, más “cool” seré, aunque—Dios mío, no—no más “bully” seré ¿o debería decir “un bullying”? ¿Qué debería decir? [nota: consultad a un inglés, que es el que conoce los límites de los términos ingleses y las aberraciones que se producen cuando se utilizan términos ingleses a la española, o a la rusa, galesa o gallega, ya puestos]

“Bullying”, en inglés, se circunscribe casi exclusivamente al ámbito académico (a los años de primaria normalmente, “Primary School”; aunque también se da en secundaria, “High School”). “Bullying”, casi siempre, es “acoso escolar” [consultad a un inglés]. No existen, por ejemplos, entre un grupo de matones, medio mafiosos, el concepto de “bully”, sino que lo que se utiliza es “thug” [consultad a un inglés], que significa lo mismo, aunque se trata de un individuo más brutal, capaz de matar [matón, en español]. Un “bully”, en inglés, es el que en el colegio te martiriza, te utiliza, te roba el bocadillo, te da una paliza, con ayuda de otros a los que también, cobardemente, domina; es el que hace que tus años escolares sean un pequeño o gran infierno y que no puedas desarrollarte en condiciones óptimas. Es el que hace que sufras en silencio la humillación a la que te somete. No les cuentas nada ni a los profesores ni a tus padres, por miedo, miedo, miedo a las consecuencias. Miedo es la gran arma del “bully”, del cobarde acosador escolar.

Como los términos mal utilizados en otro idioma tienden a distorsionar la realidad o fondo semántico original de estos términos, trasvasados sin más, así, con los pantalones bajados, sin ninguna preparación ni arreglo, mal vestidos, a otro idioma, es posible que el término “bullying” [o “bulling”—What the hell is this? = ¿Qué diablos es esto?], haya adquirido, mezclado en el caldo lingüístico y social “cool” español, dimensiones mágicas totalmente desconocidas hasta para un inglés, y para sorpresa del mundo de habla inglesa, haya cursos, libros y gurús [gurú-es] tremendamente sabios, profundos y, naturalmente, “cool” [¿debería decir “cool + s”, ya que es plural?], que escriben y publican libros y esparcen su sabiduría, a precios razonables, sobre el infinito número de capas que subyacen en el infinito e inabarcable término, concepto, filosofía de “bullying”—no, ¡perdón, perdón, mil veces perdón! Quería decir “anti-bullying”: es decir, lo que hay que hacer para diluir todo lo oscuro y negativo de esta realidad y hacer que el mundo vuelva a ser un lugar más tranquilo, bien estructurado, con mil posibilidades para que usted realice todos esos objetivos que anidan en su enorme potencial: Nosotros le enseñaremos cómo—“for a very reasonable price”, por un precio muy razonable….. En una palabra [“in a nutshell”], todo lo que puede alcanzar la palabra (¡oh, concepto¡) “bullying” y otras muchas que son trasvasadas sin más a otro idioma y utilizadas, estiradas, explotadas más allá de sus posibilidades naturales, sorprenden profundamente al propio inglés nativo [nota: consultad a un inglés sobre este estado de sorpresa]. Nunca podría imaginarse él o ella que un término que él o ella conoce a la perfección escondiera tantos significados ni que pudiera dársele tanto rendimiento económico: naturalmente en un contexto de quienes no conocen lo que original y profundamente significa el término. Los que no conocen lo que realmente significa (no ya bidimensionalmente, sino tridimensionalmente, en profundidad) el término, creen que es algo mágico, con un número infinito de capas semánticas y conceptuales. Desde luego, suena muy “cool” decir “bullying”. Lo de “acoso escolar” es como muy prosaico, está ya muy oído. ¿Qué puede sacársele a este término (concepto, no; aunque, curiosamente, sí que me apetece llamar a lo de “bullying”, un concepto; como que le da más profundidad—da para una ristra de publicaciones, cursos, gurus, toda una industria, ¡caramba¡).

Para terminar, y debería haberme centrado más en la personalidad del “bully /acosador escolar”, este tipo de acosador, muy frecuente en colegios en los que se habla inglés (colegios del mundo anglo-sajón), lo recuerdo bien, es un individuo profundamente acomplejado, asustado, con deformaciones físicas (no es infrecuente que sea gordo, debido a la desidia y apatía que le define, fruto de sus complejos e incapacidad para cambiar nada que aporte significado a su vida). Es un individuo que necesita que otros libren sus batallas o que otros, bajo sus intimidantes instrucciones u órdenes, propinen palizas a otros, a los que también quiere debilitar e incluir en su círculo de dominados. Suele ser un individuo que hace todo lo que hace porque, como se siente pequeño, quiere que el mundo se reduzca al tamaño de su patológica visión del mundo. Sólo ante lo pequeño o lo empequeñecido se siente cómodo, aunque nunca llega a sentirse plenamente cómodo o satisfecho. Necesita que el mundo siga reduciéndose sin parar, hasta alcanzar un punto minúsculo, una mera singularidad (como en física se refieren los científicos a ese punto desde el que surgió el universo). Es un ser, un niño o muchacho (así es el “bully” en inglés—no quiere decir que uno no puede decir, en inglés, “My boss is a bully”, “Hugo Chávez was a bully”—normalmente “bully” es muchacho o niño escolar [consultad a un inglés sobre esto])… es un niño o muchacho, decía, que requiere tratamiento psicológico o psiquiátrico. Suele estar la raíz de su enorme problema en el seno de su propia familia. Alguien en su familia le ha humillado profundamente. El “bully” necesita quitarse ese peso de encima, humillando a los demás. No conoce otra forma de relacionarse profundamente con su entorno, con las personas que importan. Nadie le ha enseñado que haciendo grandes a los demás te haces grande a ti mismo. Los que deberían haberle hecho grande le han hecho miserablemente pequeño para el resto de su vida. Sólo soporta un mundo pequeño. Un mundo que quepa en su puño. Muchos dictadores surgen de esta triste realidad. No es que quieran levantar imperios, engrandecer los horizontes de su sagrada patria y pueblo elegido, como lo fue, para Hítler, el pueblo o la raza aria, sino que lo que ansían es que todo se encoja, se convierta en un globo insignificante [“El Gran Dictador”—Charles Chaplin], y poder jugar enfermizamente con él. Suelen ser psicópatas, todo lo reducen y humillan y lo someten a un juego insignificante que sólo les divierte a ellos.

Sin extenderme mucho más sobre el “bully /acosador escolar”, simplemente añadiría lo obvio: las autoridades escolares han de aplicar medidas estrictas y claras para cortarle las alas a este tipo de individuo indeseable, y también tendría que haber tratamientos rigurosos que atendieran a los problemas de este individuo, que cuando crezca puede someter a la sociedad a males mucho mayores, y también tiene que haber tratamientos para las familias a las que pertenecen estos pequeños monstruos. El objetivo final no es castigar a estos monstruos y sentirnos mucho más aliviados, sino ayudarles a tiempo a cambiar de rumbo y a comprender dónde reside su verdadera grandeza (estoy seguro que incluso en un monstruo así cabe grandeza), y a comprender que haciendo grande al mundo uno se hace más grande también.

Antonio Nieto López
Maestro (profesor de inglés)

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