El batir de las alas de la Mariposa
Todos tenemos—y podemos—ocupar un lugar decisivo en la sociedad. Aquel cuyo papel en sociedad no sea decisivo, se puede decir que ha fracasado. Antes de continuar, conviene analizar qué se entiende por “decisivo” y cuándo está rigurosamente justificado decir de alguien “que ha fracasado”. ¿Cuál es, por una parte, la relación entre nuestro deber y capacidad para desempeñar un papel fundamental en la sociedad y en la misma historia de la humanidad—SÍ—, y, por otra, el hecho de hacer de esto una realidad o fracasar en ello? Desde luego, no fracasa quien por desgracia se ve sumido en una depresión que no parece tener fin y que le impide ser quien es—no puede ser ni lo mejor ni lo peor de sí mismo; no tiene capacidad para decidir ser; simplemente…